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Hermandad de las Cien Luces de Jesús Nazareno

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Las Cien Luces se erige en 1664 con la misión principal de alumbrar sus miembros a la venerada efigie de Jesús Nazareno.

La iniciativa surge en la cuaresma de 1664 por parte de un numeroso grupo de devotos. En la procesión del Viernes Santo de ese año participan más de 80 personas vestidas con túnicas moradas y hachas de cera en la mano que van alumbrando a la imagen de Jesús Nazareno en el cortejo.
La fundación del nuevo cuerpo de penitentes va a estar supeditada por orden del provisor y vicario general a la aprobación de la cofradía de Jesús Nazareno. Con este fin se convoca un cabildo que tiene por escenario la parroquia de la Purificación de Nuestra Señora el domingo 3 de
agosto de 1664 en el que se leen las constituciones elaboradas previamente el 14 de abril.

Los asistentes acuerdan por unanimidad dar su consentimiento al nacimiento de la hermandad
57 de la Cien Luces y a la normativa que regula su organización y funcionamiento, arguyendo que
redunda en un mayor lucimiento del cortejo procesional y de la imagen titular:

“[…] los dichos ermanos presentes, unánimes y conformes de un acuerdo y consentimiento
nemine discrepantes, dixeron que no tienen que decir contra lo que sea representado y Fundación de la dicha ermandad y congregación, capítulos y reglas de ella porque en la dicha
procesión del Biernes Santo deste año vieron y reconocieron serle de mayor lucimiento y
que la
ynsignia del Santo Cristo salió con mayor decencia que solía por la abundancia de luces que dicha congregación sacó, siendo assí que los años antecedentes salían muy pocas”

No cabe la menor duda de que la fundación de la hermandad de las Cien Luces tiene efectos
positivos y lleva consigo una potenciación de la cofradía nazarena, aunque a largo plazo por el
creciente protagonismo de sus miembros origina fuertes tensiones. Esta situación desembocará
posteriormente en 1814 en un conflicto abierto con los denominados bastoneros al pretender
llevar la imagen de Jesús Nazareno en la estación de penitencia.

La procesión en la madrugada del Viernes Santo constituye el principal acto religioso de la cofradía de Jesús Nazareno. Un sermón a los hermanos en el interior de la ermita, encomendado normalmente al predicador cuaresmal, precede la salida del cortejo por las calles de la villa.

A ese potencial integrador contribuye, sin duda, el hecho de ser, la de Jesús Nazareno, una de las cofradías más antiguas, pero, sobre todo, el hecho de ser Patrón de Puente Genil ―en Mención otorgada en 1878 por el obispado cordobés, a petición del ayuntamiento de la villa―. El potencial integrador de la imagen de Jesús Nazareno alcanza a una gran mayoría de pontanos, incluso a los que no tienen una participación activa en la Semana Santa o son meros observadores, irradiando su presencia más allá del ámbito de actuación de la hermandad de “Las Cien Luces” ―asociación dentro de la cofradía.

Fuente: Libro de actas del Congreso bajo la advocación de Jesús Nazareno
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