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Virtudes Cardinales y Sibila de Cumas

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Para narrar la historia de esta Corporación Bíblica nos tenemos que remontar al último cuarto del siglo XIX, allá por el año 1.875, cuando un grupo de diez fervientes y anónimos pontanos, guiados todos ellos por el sentimiento y admiración hacia las tradiciones y costumbres de su querido pueblo de Puente Genil (y entre ellas su Cuaresma y Semana Santa), deciden fundar lo que hoy conocemos como la Corporación Bíblica de “Las Virtudes Cardinales”, corporación que se unía al carro de tantas otras que vieron la luz igualmente durante las citadas fechas y especialmente, como es el caso de ésta, las destinadas a representar a los después llamados “Símbolos de la Religión” , (figuras alegóricas de la tradición cristiano-católica: ángeles, sibilas, etc) para diferenciarlas de las figuras representativas del Antiguo y Nuevo Testamento y coetáneas a la misma.

No es tarea fácil testimoniar tales afirmaciones sino fuera por la indagaciones y estudios propios de diversos eruditos y expertos en la materia, unido claramente a la tradición oral y escrita de nuestra propia Corporación plasmada y recogida en sus cuatro libros de actas existentes que son indudablemente verdadera fuente del saber y de la historia de nuestra Corporación.

La Corporación Bíblica “Las Virtudes Cardinales“, tal y como hemos explicado anteriormente, se establece por tanto dentro de la historia de nuestra Semana Santa en 1875, representando por primera vez las “Virtudes Cardinales del hombre”, actitudes y reflexiones de la verdadera moral cristiana y que igualmente apuntaba Platón algunos siglos atrás dentro de su teoría sobre el conocimiento humano. Son cuatro: Prudencia , Justicia , Fortaleza y Templanza. Tales figuras alegóricas eran representadas por nuestros antepasados durante la particular celebración de la pasión, muerte y resurrección de del Divino Maestro en nuestro pueblo.

Durante el periodo comprendido entre l.875 y la redacción del primer acta del cual se tiene constancia en nuestra secretaria en 1.923 transcurre un periodo de tiempo de casi cincuenta años de silencio gráfico, medio siglo de cuya historia no conocemos más que pinceladas de breves datos recogidos por nuestro malogrado y querido Hermano José Tabares Sánchez, (secretario de la Corporación durante la década de los setenta y ochenta) y que fueron transmitidos a éste de manera oral de entre los Hermanos más ancianos que tuvo la gran suerte de conocer durante su periodo de estancia en la misma, como son por ejemplo los testimonios que a su vez recordaba el que fuera su presidente en los años veinte Don José Jiménez Aguilar. De este modo, los escasos datos que conocemos de la Corporación Bíblica en esos comienzos de la misma son por ejemplo que estaba compuesta por diez Hermanos, sirviendo la casa del Sr. Presidente como sede provisional del “Cuartel” durante la celebración de la Cuaresma y Semana Santa para sus juntas, reuniones sociales y “…poniéndose una frugal comida, que no ascendía a más de veinticinco céntimos, con pan y vino, llevándose las cuentas en unas libretas, las cuales se han extraviado”.

Como entonces salían muchas Sibilas (figuras alegóricas y paganas de la mitología greco-romana), esta Corporación escogió la de Cumas, fundiéndose la misma en “Las Virtudes Cardinales” y “Sibila de Cumas”. Alquilándose un local, elevando la cuota y el número de Hermanos a doce, no pudiendo ingresar, sino por una baja. Se dieron muchas comidas a los pobres, por la penuria que existía en el pueblo, lo mismo hacían otras Corporaciones”.
 
Tal y como se cita anteriormente en el referido libro, la Corporación durante este periodo de vacío documental decidió incorporar a su grupo de figuras una de las doce Sibilas existentes, en este caso la de Cumas (en la actual Italia), las cuales estaban prácticamente avocadas a la desaparición, (como así ha sido con el paso del tiempo) tras casi doscientos años de existencia, ligadas todas ellas a la Cofradía de Ntro. Padre Jesús Nazareno de este pueblo de Puente Genil y según costa en las actas de ésta en 1.666, lo que supuso para la Corporación la ampliación del “título” de la misma en “Las Virtudes Cardinales” y “Sibila de Cumas” . Esto conllevó la elevación del número de Hermanos componentes y la mejora en el estatus de la Corporación que mantenía su actividad no sólo durante las fechas pertenecientes a la Cuaresma y Semana Santa, sino también durante el resto del año en el local adquirido para tal fin, costumbre un poco insólita dadas las precariedades y penurias de la época .

Tras esto y con fecha de uno de Abril de 1.923 podemos decir verdaderamente, que es el punto de partida de la historia de nuestra Corporación, ya que se levanta por primera vez el acta correspondiente al día antes indicado, dando comienzo así la historia escrita de nuestra corporación, gracias a la cual se tiene constancia de valiosísimos datos que nos servirán y nos guiarán para la narración y confección de la tarea que nos concierne.

Dentro de la década de los años veinte tenemos que hacer referencia a otro hecho destacado dentro de la historia de estas “Virtudes”, cual es la incorporación un año más tarde de cinco nuevas figuras bíblicas, creadas y confeccionadas para nuestra Corporación según hace constar el Hermano Presidente antes citado Don José Jiménez Aguilar para poder paliar la repentina muerte del presidente anterior y siendo ,seguramente, deseo del malogrado Don Emilio Albelda el poder sacar a la luz las nuevas Corporaciones a las que llamó “Judíos de Azote” y “Defensores de la Cruz” tal y como nos hace constar en acta del día trece de Abril de 1924 su insigne secretario Don José Carrillo e inscritas igualmente en los Archivos Municipales de la villa con su correspondiente reglamento firmado por todos y cada uno de los Hermanos componentes. Por tanto, la Corporación volvía a ver ampliada su nomenclatura con las cuatro Corporaciones en una y mezclando de igual modo “Símbolos de la Religión” con las recientemente creadas figuras del “Nuevo Testamento”. Fiel testigo de tal comunión entre Virtudes, Sibila, Judíos y Defensores es la siguiente fotografía de la época realizada el Viernes Santo de l.928, primer documento gráfico en antigüedad que poseemos en nuestro Cuartel.

A nuestro propio juicio, podemos concluir aquí un primer ciclo de historia escrita con los acontecimientos previos a la proclamación de la II Republica en 1931 y conducentes al posterior estallido de nuestra Guerra Civil: Nuestra Corporación que siguió su curso en los últimos años de los veinte con sus correspondientes altas y bajas de Hermanos y los cambios ordinarios en la conformación de su Junta Directiva se verá igualmente afectada por los referidos acontecimientos que cambiarán el curso de su historia así como el de muchas otras Corporaciones Bíblicas y Cofradías de nuestro pueblo las cuales se sentían atemorizadas ante una posible represalia republicana y no pudiendo realizar en su mayoría sus manifestaciones públicas de fervor. Esta situación explica la venta de las referidas Corporaciones de “Los Judíos de Azote” y “Defensores de la Cruz” para formar parte de un nuevo e independiente Cuartel, (hoy llamado “Los Jetones”) según palabras de nuestro Secretario Tabares, “por la irrisoria cantidad de 450 Ptas.” , desconociéndose documento y fecha alguna que pudieran acreditar tal operación pero próxima y con total seguridad a estos eventos, junto con la existencia de un nuevo vació accidental en lo que a documentos escritos se refiere que comprenderá desde la redacción de un último acta con fecha del 19 junio de 1.930 bajo la presidencia del Hermano Don José Leiva Doblas hasta exactamente una década después, con fecha del día 24 de Marzo del año de 1.940, (una vez concluida la debacle de la guerra) con la confección del acta correspondiente a las Elecciones a la Presidencia de la Corporación, tal y como marcaba el reglamento, el Domingo de Resurrección, ahora bajo la presidencia del Hermano Don Francisco Guerra.
Durante la presente década de los cuarenta y una vez dejada atrás la turbulenta década pasada, podemos afirmar que dará comienzo un periodo de auge y esplendor de la Corporación en numerosos sentidos ya que tienen lugar una serie de mejoras dentro de la misma que la llevarán a ser una de las Corporaciones con unas señas de identidad y un talante propios que la determinarán dentro del mundo manantero de Puente Genil desde prácticamente su existencia. Uno de ellos es principalmente el potencial humano existente: Encontramos a una Corporación que se ve aumentada casi en el doble, con una media de dieciocho / veinte Hermanos, que le darán mucho juego a la hora renovar los cargos directivos de la misma y no agotándose así nunca los nuevos recursos.
 
Encontramos a personajes con apellidos ilustres y conocidos dentro de la sociedad y la cultura pontanas como son Don Francisco Illanes, poeta y mas tarde cronista oficial de la villa, Don Francisco Cabello ArcosDon Antonio Baena Gant familiares directos de talentosos músicos de Puente Genil, o conocidos empresarios como Don Lorenzo Estepa Aguilar, fundador de la actual fabrica de dulce de membrillo “San Lorenzo” que lleva su nombre, o el simpatizante Don Dámaso Melero Muñoz, también promotor de uno de los almacenes de bebidas con una gran repercusión en nuestro país actualmente, en cuya Hacienda denominada “Lagar de Melgar” tenían lugar numerosas fiestas camperas que la Corporación realizaba, como ejemplo el día de la festividad de San Lorenzo con motivo de la onomástica del ejemplar Presidente anteriormente citado Don Lorenzo Estepa.

Durante el transcurso de este lustro se nos hace mención por primera vez del domicilio social que la Corporación mantenía como Cuartel ya sea alquilado o cedido por algún familiar cercano como es el caso del primero que conocemos ubicado en la Avda. Manuel Reina en 1.943, (prácticamente a las afueras del pueblo construido de entonces) pasando a continuación durante 1.945 por la también calle Veracruz nº 13, desembocando ésta en la pequeña Ermita que lleva su mismo nombre, hasta llegar a una de las ubicaciones mas duraderas de la Corporación con casi veinte años de permanencia en la castiza calle de Santa Catalina nº 5 en 1946, corazón entrañable de la Semana Santa de Puente Genil y mediatriz entre el señorial barrio bajo de la villa y la pujante “Matallana” de arriba que ya entonces empezaba a despuntar.

Es sin duda durante este periodo de estancia en la referida calle (1946-1963) donde van a tener lugar las mas bellas estampas de lo que podemos considerar la “época dorada” de las “Virtudes Cardinales y Sibila de Cumas” ya que es evocada incluso con una añoranza entrañable y añeja por los coetáneos de la misma que nos traslada y evoca la verdadera Semana Santa castiza de antaño.

Una de las cosas dignas de mencionar del la citada década es sin duda la voluntad y bondad de su simpar Presidente Don Lorenzo Estepa allá en el año 1946, el cual quiso recuperar una de las antiguas costumbres (por aquel tiempo ya desaparecida) de varias Corporaciones, el acta lo refleja de la siguiente manera:

“En sesión ordinaria del Domingo de Cuaresma con fecha 10 de Marzo de 1946 se reunieron […] para tratar sólo y exclusivamente del que se llegó a acordar lo siguiente: Por iniciativa del Hermano Presidente D. Lorenzo Estepa Aguilar, manifiesta y muy acertadamente, la situación de la mayor parte del pueblo, el estado precario de los muchos que no tienen trabajo, y el hambre que impera entre los necesitados, con palabras sinceras, formula a la Corporación que debiéramos de restringir nuestros gastos en los días de Semana Santa en un 20% de nuestras cuotas de cada uno y dirigirnos a la primera autoridad local, con el fin de que por medio de su influencia invite a las demás Corporaciones para que colaboren cada una con arreglo a sus ingresos a tan magna obra, para que siquiera esos días el pobre que no tenga que comer que cuente con un plato de comida durante la Semana Santa, esto es, establecer donde lo designen como especie de comedor o repartir a cada uno su ración. Los demás Hermanos corroboran a su criterio y se aprueba por unanimidad en todas sus partes que yo certifico…” Este fragmento pone de manifiesto sin duda el verdadero compromiso cristiano de nuestro Presidente, comportándose siempre como un autentico “Hombre de Cristo” tal y como se puede apreciar anteriormente. El desenlace de tal proposición quedó igualmente reflejado por nuestro Secretario:

[…] “…A continuación se preguntó sobre el acuerdo tomado en junta anterior con fecha…sobre la restricción del 20% con las demás Corporaciones…(que no voy a nombrar obviamente) El Presidente contesta que hechas las gestiones pertinentes, consultó con los Presidentes de…,de…y de…y con una elocución pasmosa dijeron que no estaban de acuerdo con semejantes proposiciones ante lo cual nosotros tenemos que conformarnos aún sintiéndolo de todo corazón con no poder verificar nuestros propósitos por no contar con el altruismo y buena voluntad que nos animaba a esta Corporación… Puente Genil, 14 de Abril de 1.946 (Domingo de Ramos)” .

Con los venideros años cincuenta y dentro de esta época dorada de la Corporación, asistimos al ingreso de los Hermanos más insignes dentro de la historia de este Cuartel cual es Don Francisco Castillo Benítez, personaje carismático y conocido tanto dentro como fuera de la Corporación por su notable trayectoria y entrega hacia su grupo. Tal es el alcance de su popularidad, (máxime no olvidando que era funcionario de nuestro Ayuntamiento) que nuestra querida Corporación fue conocida más tarde con el simpático sobrenombre de “Las Virtudes de Castillo” no queriendo hacer referencia a ningún carácter absolutista sino todo lo contrario, remarcando así el profundo sentimiento de este Hermano por sus “Virtudes”.
Establecidos de lleno, por tanto, en la calle Santa Catalina nuestro Cuartel continua su actividad compartiendo su local de arriba, (recordemos que existían dos dentro de la casa del nº 5, uno en la planta de abajo y otro en la de arriba), con los numerosos vecinos que se acercaban al citado lugar para compartir unos “medios” de vino y un “platillo” de aceitunas con una partida de dominó, a modo de peña o mero punto de encuentro social, por lo que no era de extrañar, tal y como nos apuntaba algún amigo coetáneo, que a altas horas de la noche “confusos y abigarrados, podían confundirse los ecos de saetas y órdagos, canciones y vivas de las Virtudes con el cinco doble y un “cierre” apoteósico”.
Es en estos años igualmente donde tienen lugar las reformas del local adquirido, matizando de nuevo este periodo de brillantez, bajo la presidencia del mencionado Hermano Castillo principalmente en el año cincuenta y cinco. De este modo, se realiza un gran cambio consistente en: “una nueva cocina, colocado de un zócalo imitación a madera en el salón principal, pintado del Cuartel y puesta de dos globos en la parte comedor para la iluminación del mismo”. A ésta reforma principal habrá que añadirle dos reformas más: una anterior en 1.953 relacionada con un nuevo menaje, túnicas de acompañante (Rebateos) de las figuras y sandalias de las mismas, y otra que tendrá lugar en 1959 que conllevó la confección de nuevas “Mantas” o ropajes de las figuras bíblicas “[…] y para cuyo fin necesitamos más que nunca “fortalecer” al máximo nuestra Corporación ayudando todos los Hermanos moral y materialmente” (Acta del 3 de Octubre de 1959). No podemos pasar por alto e intercalados entre estas líneas las incorporaciones de dos nuevos Hermanos que serían igualmente personas destacadas por su labor e historia dentro de las Virtudes: Son en primer lugar el ingreso de Don José Tabares Sánchez, (el día de Santiago Apóstol del año cincuenta y cinco) reconocido por su labor de insigne secretario durante más de veinte años y hasta prácticamente su muerte y de Don Julián Serrano Cantos, (el Día de la Cruz de 1.959), actual Hermanito Decano de la Corporación con cuarenta y tres años de ininterrumpida permanencia en la misma.
 
Dejando atrás los entrañables años cincuenta, la década de los sesenta presenta una coyuntura favorable, como en el resto de la historia española, notándose un cierto avance en todos los aspectos, hecho éste que también se deja notar sin duda en la Corporación de las “Virtudes Cardinales y Sibila de Cumas”. Esto explica la masiva afluencia de Hermanos que ingresan en la misma durante la duración del presente lustro con un total de hasta veintidós solicitudes que ven luz verde a su ingreso en la misma, consolidándose cada vez más como una de las grandes Corporaciones del momento, y que fue indudablemente uno de los grandes acontecimientos a destacar dentro de esta década junto con la aprobación en el año 61 de las subidas a la Plaza del Calvario para visitar a nuestro querido “Terrible” los siete Domingos de Cuaresma, y el referido cambio de domicilio social a la calle José Carvajal nº 19 (actual Adriana Morales) el 25 de Febrero de 1.963 y que trae consigo una nueva reforma de los ropajes y sandalias de nuestras figuras.
Los años setenta vienen a ser como un puente entre el esplendor de la gran Corporación de antaño y una atenuada decadencia al final de la misma que se verá agravada aún más en los años ochenta y primera mitad de los noventa. No obstante la Corporación seguía su curso entrañable en la referida calle José Carvajal. Es en este periodo, todavía con el sobrenombre de “Las Virtudes Castillo” (con más de veinte años alternando varios cargos directivos, y entre ellos el de Presidente).

Es en este periodo, todavía con el sobrenombre de “Las Virtudes Castillo” (con más de veinte años alternando entre los principales cargos directivos, y entre ellos el de Presidente) se podrían destacar varios eventos que resumirían la presente década dejando a un lado la cotidiana vida de la Corporación en los años indicados: Por orden cronológico tendríamos que hacer mención en primer lugar del ingreso del Hermano D. Manuel Rodríguez Riquelme “Malagueño” (actualmente número uno en antigüedad dentro de los Hermanitos activos de este Cuartel con treinta y dos años de permanencia) el tradicional Día de la Cruz de 1.970, el merecido Homenaje al referido y simpar Hermano Francisco Castillo con motivo de su XXV Aniversario en esta su queridísima Corporación el doce de Mayo de 1.974, produciéndose su salida definitiva debido a su avanzada edad tres años mas tarde en el 77, coincidiendo con la renovación y posterior firma del nuevo Reglamento interno, sustituyendo el antiguo existente que databa de 1.922 el tres de mayo del año setenta y siete y la aprobación y montaje por primera vez de la caseta de feria de nuestra Corporación en Agosto de ese mismo año (hecho que prácticamente se mantiene desde entonces hasta la actualidad para el disfrute de nuestras familias y simpatizantes).

Es en este periodo, todavía con el sobrenombre de “Las Virtudes Castillo” (con más de veinte años alternando entre los principales cargos directivos, y entre ellos el de Presidente) se podrían destacar varios eventos que resumirían la presente década dejando a un lado la cotidiana vida de la Corporación en los años indicados: Por orden cronológico tendríamos que hacer mención en primer lugar del ingreso del Hermano D. Manuel Rodríguez Riquelme “Malagueño” (actualmente número uno en antigüedad dentro de los Hermanitos activos de este Cuartel con treinta y dos años de permanencia) el tradicional Día de la Cruz de 1.970, el merecido Homenaje al referido y simpar Hermano Francisco Castillo con motivo de su XXV Aniversario en esta su queridísima Corporación el doce de Mayo de 1.974, produciéndose su salida definitiva debido a su avanzada edad tres años mas tarde en el 77, coincidiendo con la renovación y posterior firma del nuevo Reglamento interno, sustituyendo el antiguo existente que databa de 1.922 el tres de mayo del año setenta y siete y la aprobación y montaje por primera vez de la caseta de feria de nuestra Corporación en Agosto de ese mismo año (hecho que prácticamente se mantiene desde entonces hasta la actualidad para el disfrute de nuestras familias y simpatizantes).
En los últimos años de esta década podemos destacar el magno Homenaje que tiene lugar el 4 de Febrero de 1978 en donde la Corporación otorgó el título de “Hermano Honorario” a varios ancianos veteranos y viejas glorias de las “Virtudes Cardinales y Sibila de Cumas” ya retirados del ajetreo manantero de la Corporación y que fueron los siguientes: D. Domingo Castilla Montilla, D. Rafael Montilla Pérez, D. Francisco Castillo Benítez , D. Francisco Pino Muriel, D. Francisco Bascón Cosano, D. Manuel Montilla Aguilar, D. Antonio Berral Arroyo, D. José Palomero Martínez, D. Lorenzo Estepa Aguilar, D. Francisco Guerra Aguilar, D. José Illanes Gil y D. Manuel Martín Martín.
Por último hacer mención dentro del referido 1.978 de la aprobación para la confección de varias túnicas para acompañar alumbrando a nuestros actuales Titulares la Cofradía del Santo Sepulcro y Ntra. Sra. de las Lágrimas, siendo este el punto de inicio de la cariñosa relación de nuestra Corporación con la referida y antigua Cofradía , (hecho que se sigue manteniendo actualmente todos los Sábados de Gloria) y que desembocó en el nombramiento oficial como “Segundo Grupo” de Ntra. Sra.
Los años ochenta comienzan con buen pie para la Corporación ya que en primer lugar ve ingresar a cuatro nuevos Hermanos, entre ellos D. Julián Luna Muñoz, Hermano destacado durante algunos años de los ochenta y parte de los noventa como Presidente y Hermano a su vez de D. José A. Luna Muñoz, actual número dos en antigüedad, oxigenándose un poco ésta dado el escaso numero de altas que se produjeron en la década pasada.
Igualmente se inician las gestiones oportunas para la adquisición de un local de propiedad para nuestra Corporación que ve sus frutos en el año 1.980 con la compra del local situado en la calle (actual Angelita Martín Flores y antigua Cuesta Vitas), y para cuya gestión se nombró posteriormente una comisión de obras que dirigirían el acondicionamiento de éste para poder ubicar a nuestra Corporación en lo que actualmente es nuestra Casa-Cuartel, y cuya fecha de inicio de las obras tuvieron lugar el día 14 de Febrero de 1.981, celebrando la primera junta oficial en el nuevo Cuartel el 12 de Abril de ese mismo año (Domingo de Ramos), aunque mencionar que las obras se paralizaban o se reanudaban dependiendo del estado económico de la Corporación, concluyendo éste en su totalidad unos años después, hecho que colmó de alegría e ilusión a todos los Hermanos componentes.

Cofradía del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de Las Lagrimas

Se les llama virtudes cardinales a las cuatro principales virtudes sobre las que giran o descansan las otras virtudes morales, a saber: prudencia, justicia, fortaleza y templanza.

Aquellos que rezan el oficio divino encuentran que recurre constantemente lo que parece ser la primera aparición de la palabra cardinal aplicada a las virtudes. San Ambrosio, al tratar de identificar las ocho bienaventuranzas registradas por San Mateo con las cuatro registradas por San Lucas, hace uso de la expresión: “Hic quattuor velut virtutes amplexus est cardinales“. Poco después encontramos cardinal usado de la misma manera por San Agustín (Común de Muchos Mártires, tercer nocturno, segunda serie; también Migne, P.L., XV, 1653; S. Tomás, Summa Theol., I-II.79.1 ad 1). Que San Jerónimo también usa el término es una declaración que descansa en un tratado no escrito por él, pero publicado entre sus obras; se halla en Migne, P.L., XXX, 596.

Durante cualquier comida de esta Corporación es destacable la numerosa concurrencia de invitados ya sean hermanos pertenecientes a otras Corporaciones, amigos pontanenses, o incluso es bastante característica la afluencia de amigos de fuera de Puente Genil que sin duda enriquecen muchas las comidas de la Corporación. A todos se les ofrece turno de palabra para que puedan expresar lo que sienten.

Sibila de Cumas

La Sibila de Cumas es una de las figuras más antiguas que desfilan en la Semana Santa de Puente Genil, siendo la de Cumas, la única sobreviviente de aquellas doce que se nombran por primera vez en las Actas de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, en el año 1663 donde se dice que gastó la cofradía 48 reales “de doce rostros y cabelleras para las sibilas”, siendo de la misma época que las figuras de los Evangelistas (1661), los Apóstoles (1662) y los Ataos (1662).
De la historia romana, se cuenta que la Sibila Cumana en tiempos de Tarquino el Soberbio presento al rey nueve libros, pidiendo por ellos 300 escudos, a Tarquino le pareció excesivo el precio y no lo aceptó. Por los seis restantes volvió a pedir la Sibila la misma cantidad de dichos libros, con la nueva negativa de Tarquino y vuelta a quemar otros tres, por parte de la Sibila, quien volvió a pedir los 300 escudos por los tres que quedaban. Considerando Tarquino que acaso hubiera cierto misterio en ello accedió a dar los 300 escudos por los tres libros que quedaban, que como cosa sagrada colocó debajo de la custodia de dos patricios en el Capitolio y eran consultados por los romanos cuando eran amenazados o sufrían debilidades. En tiempo de Sila, 83 años antes del nacimiento de Cristo, se produjo un incendio en el Capitolio y con el se quemaron los tres libros. Desearon los romanos reparar tan sensible perdida y se dedicaron a la recopilación de versos de las sibilas, llegándose a juntar hasta mil versos. De estos se extrajeron fragmentos que contenían claros vaticinios de la venida de Cristo y de su Rendición, que fueron apreciados por algunos Padres de la Iglesia y base de sus argumentos contra los gentiles.
Con el tiempo, el numero de Sibilas ira reduciendo como se puede observar en el inventario de Nuestro Padre Jesús Nazareno, de 1711, donde solo se nombran once, en el que nos dice que portaban como atributos escudos o tarjetas, nombrándose de nuevo en las cuentas de 1719 en la partida de gastos en los referente a “168 reales de zapatos que se dieron en el tiempo de esta cuenta a los ángeles y las sibilas”, posteriormente aparecen nuevamente las sibilas, en el año 1815, sin especificar el numero, llevándonos ésta a la referencia del prologo del Primer Libro de Actas de la Corporación, donde se fecha la fundación de las Virtudes Cardinales y Sibila de Cumas en 1875, en la que nos aclara que “Como entonces salían muchas Sibilas, esta Corporación escogió la de Cumas, fundiéndose la misma en “Las Virtudes Cardinales y Sibila de Cumas”, siendo a mi entender, la única sobreviviente por aquellos años. Será a finales del siglo XIX, cuando aparecen tres testimonios directos de cómo se desarrollaban las procesiones por aquel entonces, primeramente en la información que nos facilita Rodolfo Gil en el año 1895, donde hace referencia, por primera vez, de la aparición de la Sibila de Cumas junto con las Virtudes Cardinales, posteriormente, en el libro “Semana Santa de Puente Genil” de Miguel Gálvez, de 1899, donde nos indica que van desfilando, el Viernes Santo de mañana, tras la imagen de San Juan Evangelista y posteriormente será Miguel Eroles, en su Semana Santa de Puente Genil, de 1.908, cuando de forma poética nos dice:
Podemos decir que la Sibila de Cumas es parte de las Virtudes Cardinales desde su fundación en 1875, siendo la única sobreviviente de aquellas que procesionaba Jesús Nazareno, siendo durante la segunda mitad del siglo XIX cuando aparecen muchas Corporaciones Bíblicas, rescatando de alguna manera aquellas figuras que habían desaparecido.
Los ropajes que viste la Sibila de Cumas, se basan en las distintas representaciones pictóricas de la misma, siendo de gran parecido a un grabado encontrado del siglo XVIII, del que obtuvimos una copia gracias a la colaboración del Antonio Illanes Velasco.
Como puede observarse viste largo túnico de terciopelo negro, cuya hechura data de 1983, rematándose este en la cintura por un fajín negro bordado en oro y enriquecido con pedrería, que se añadió en la década de los ochenta fruto del trabajo del que fuera hermano Manuel Montilla, en el pecho se remata con un escudo plateado donde aparece la inscripción “Sibila de Cumas”, realizado por el artista pontanés D. Jesús Mª. Cosano en el año 2000, que vino a sustituir otra anterior realizado en fundición y como calzado lleva una zapatillas del mismo color que el fajín con bordados en oro, realizados en la ciudad alicantina de Elche, en el año 2002, por mediación de nuestro hermano Francisco José Jiménez, que sustituyeron a otras similares que se encontraban en un estado de deterioro.
El rostrillo, de gran extraordinaria belleza, fue realizado por Jesús Gálvez Silva “Chifarri”, en el año 2001, que reemplaza a otro del mismo autor del año 1984. Completa el conjunto una espectacular peluca rubia, de pelo natural, realizada en el año 2001 en Madrid, ocupando el lugar dejado por otra del mismo tamaño y color que con el paso del tiempo se había deteriorado bastante, terminándose el conjunto con una artística corona plateada, que fue restaurada en el año 1.998 en Lucena.
 
La Sibila de Cumas porta en la mano derecha un báculo de plata, donde se apoya en su caminar por el mundo, que fue restaurado en el año 1998, en la vecina localidad de Lucena, y el la mano izquierda porta una copa de plata con siete serpientes para alejar a los pecadores que se enamoran de su hermosura en su caminar por el mundo.
 
En la actualidad la Sibila de Cumas desfila el Viernes Santo, tanto en la mañana, la tarde y en la noche, antecediendo a las Virtudes Cardinales (Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza),incorporándose tras la Imagen de San Juan Evangelista, el Sábado Santo desfila en la procesión del Santo Sepulcro, con la figuras Justicia y Misericordia y el Domingo de Resurrección volverá a desfilar con las Virtudes Cardinales en la procesión que cierra nuestra Semana Santa, la de Nuestro Señor Jesucristo Resucitado.
Para terminar decir que la Sibila de Cumas es la figura insigne de la Corporación, pudiéndola vestir solamente aquellos Hermanos que han superado su periodo de prueba y ya han sido bautizados, teniendo el honor de encabezar las Estaciones del Jueves Santo, el hermano que le tocase el vestirla el Viernes Santo de Mañana.
Para esta Corporación es un honor poder contar con personaje simpar en la Semana Santa, estando en mente a largo plazo el poder incorporarle algunas de aquellas otras Hermanas Sibilas que ha perdido con el transcurrir de los años.
Virtudes Cardinales
 
Será en 1.875 cuando, según información que nos dan las Efemérides de la Villa de Puente Genil de Agustín Aguilar y Cano, cuando nombra la exhibición, por primera vez, en el Viernes Santo de mañana de siete figuras, que vestidas con propiedad y adornadas con atributos correspondientes representan la Fe, Esperanza y Caridad (Virtudes Teologales) y PRUDENCIA, Justicia, Fortaleza y Templanza (Virtudes Cardinales). Por lo que podemos suponer que nuestra Corporación se fundó ese año, ya que anterior a ese año las figuras bíblicas se habían independizado totalmente de la Cofradía de Jesús Nazareno.
 

Ya no se tendrá referencia escrita de las Virtudes Cardinales, hasta finales del siglo XIX, cuando aparecen los primeros testimonios directos de cómo se desarrollan las procesiones, siendo trabajo de Rodolfo Gil (1.895), Miguel Gálvez (1.899) y Miguel Eroles (1.908) que recoge de forma poética la Semana Santa de comienzos de siglo. Será Miguel Gálvez, en su Semana Santa de Puente Genil, el que recoja, de forma mas exacta, el desfile de las Virtudes Cardinales, ya acompañadas por la Sibila de Cumas, en la procesión del Viernes Santo de mañana, tras la imagen de San Juan Evangelista, al que además acompañan los Apóstoles, las Virtudes Teologales, las Potencias del Alma, las Postrimerías, la Religión, los Dones del Espíritu Santo, las Virtudes Morales y las Tres Marías.

También se recoge la procesión tal y como detalla Miguel Gálvez, en el 1.899, El Aviso nº403 de 16 de Abril de 1.919, continuando en el 2.002 en el mismo lugar, tras San Juan Evangelista (en la Semana Santa del 1.956 y del 2.002, no salió), paso que se vio completado con la incorporación de Nuestra Señora de la Cruz en el año 1.970.
En la actualidad las Virtudes Cardinales desfilan los siguientes días: Viernes Santo de mañana, como ya se ha indicado, ocupando el mismo lugar por la Tarde para subir a la ermita de Jesús Nazareno para hacer las reverencias, en la procesión de la noche, no tenemos constancia sí algún año desfiló y luego dejo de hacerlo, pero si sabemos que se reincorporó definitivamente en el año 1.996. Tras no desfilar el Sábado Santo, el Domingo de Resurrección lo harán con todo su esplendor para dar cierre a la Semana Mayor
Prudencia
 
Como puede verse, la Prudencia, viste túnica color tabaco y capa y fajin de color ocre, cuya hechura data de 1.983, sustituyendo a otras de otro estilo de 1.959, tenemos que destacar el buen remate realizado en los bajos de la túnica, bocamangas y cuello, en encajes y fleco de oro, lleva en el pecho un escudo plateado con la inscripción “Prudencia” realizada por el artista pontanés Jesús Mª. Cosano, en el año 2.000 y que sustituye a otra similar de fundición. La figura calza unas zapatillas de color ocre (igual que la capa) bordadas en oro, del año 2.002, de la ciudad de Elche (Alicante), que sustituyen a otras lisas que se encontraban bastante deterioradas.
Si nos fijamos en la parte posterior, damos cuenta del Rostrillo, realizado en el año 2.000 por Jesús Gálvez Silva (Chifarri), ocupando el lugar dejado por otro del año 1.984, tambien resaltamos una espectacular peluca de pelo natural de grandes dimensiones, imitando a otra anterior, confeccionada en Madrid en el año 2.001, y como remate una artística corona muy bien trabajada, que fue plateada en el año 1.998, en la ciudad de Lucena.
Los atributos que porta son: en la mano derecha lleva una serpiente (conocida popularmente como “la bicha”) realizada en madera y cuero y pintada tal y como es una muy numerosa en Palestina, pareciendo en algunas ocasiones como de verdad dado lo sutil de sus movimientos, en la mano izquierda porta un magnifico espejo tallado en madera pintada en color oro y plata, encontrándose con algunos desperfectos por el paso del tiempo, estando en proyecto el restaurarlo o realizar otro similar en plata.
La Prudencia es la virtud mediante la cual, a través del razonamiento ante cualquier circunstancia, discernimos y elegimos nuestro bien y el de los demás así como los medios correctos para realizarlo, es la regla recta de la acción, la cautela y la sensatez, es la reflexión y meditación antes de dar nuestros pasos y actuar. El prudente decide y ordena su conducta según el juicio de su conciencia. Es la virtud conductora que le indica a las demás virtudes la regla y la medida, gracias a ella superamos las dudas. El imprudente, a veces, pretendiendo hacer el bien, por necedad y falta de razonamiento y juicio suele “meter la pata”.
 
Justicia
 
Como puede verse, la Justicia, viste túnica color blanco y capa y fajin de color rojo, cuya hechura data de 1.983, sustituyendo a otras de otro estilo de 1.959, tenemos que destacar el buen remate realizado en los bajos de la túnica, bocamangas y cuello, en encajes y fleco de oro, lleva en el pecho un escudo plateado con la inscripción “Justicia” realizada por el artista pontanés Jesús Mª. Cosano, en el año 2.000 y que sustituye a otra similar de fundición. La figura calza unas zapatillas de color rojo (igual que la capa) bordadas en oro, del año 2.002, de la ciudad de Elche (Alicante), que sustituyen a otras lisas que se encontraban bastante deterioradas.
Si nos fijamos en la parte posterior, damos cuenta del Rostrillo, realizado en el año 2.000 por Jesús Gálvez Silva (Chifarri), ocupando el lugar dejado por otro del año 1.984, tambien resaltamos una espectacular peluca de pelo natural de grandes dimensiones, imitando a otra anterior, confeccionada en Madrid en el año 2.001, y como remate una artística corona muy bien trabajada, que fue plateada en el año 1.998, en la ciudad de Lucena.
Los atributos que porta son: en la mano derecha lleva una espada, en cuya empuñadura se puede leer la inscripción Toledo, lugar de origen, y una fecha en la que no se distingue bien si es 1.871 o 1.874, existiendo la leyenda, de que pertenecía al traje de gala de un alto cargo del ejercito de por aquel entonces, tal espada fue restaurada el año 1.998, dándole un baño en plata, en la mano izquierda porta una balanza siendo su empuñadura de madera y el resto de metal que fue plateado igualmente en Lucena en el año 1.998.
La Justicia es la firme voluntad de dar a cada uno lo que es nuestro deber. De ella emana la virtud de la Religión que es el deber que tenemos de dar a Dios nuestro creador, nuestro amor y reconocimiento. Por la Justicia debemos respetar los derechos del hombre, comunes e iguales para todos, estableciendo unas relaciones humanas en armonía y equidad, no se trata únicamente de reivindicar para los demás unos derechos que muchas veces nosotros tampoco respetamos, ni de criticar a quienes no los respetan, sino de obligarnos a cumplir nuestro deber para que tales derechos se den a cada uno de nuestros actos. El justo se diferencia por la rectitud de su pensamiento y de su conducta con el prójimo, juzgando con justicia y desde la caridad, el amor y el perdón.

Fortaleza

 
Como puede verse, la Fortaleza, viste túnica color fucsia y capa y fajin de color morado, cuya hechura data de 1.983, sustituyendo a otras de otro estilo de 1.959, tenemos que destacar el buen remate realizado en los bajos de la túnica, bocamangas y cuello, en encajes y fleco de oro, lleva en el pecho un escudo plateado con la inscripción “Fortaleza” realizada por el artista pontanés Jesús Mª. Cosano, en el año 2.000 y que sustituye a otra similar de fundición. La figura calza unas zapatillas de color morado (igual que la capa) bordadas en oro, del año 2.002, de la ciudad de Elche (Alicante), que sustituyen a otras lisas que se encontraban bastante deterioradas.
Si nos fijamos en la parte posterior, damos cuenta del Rostrillo, realizado en el año 2.000 por Jesús Gálvez Silva (Chifarri), ocupando el lugar dejado por otro del año 1.984, tambien resaltamos una espectacular peluca de pelo natural de grandes dimensiones, imitando a otra anterior, confeccionada en Madrid en el año 2.001, y como remate una artística corona muy bien trabajada, que fue plateada en el año 1.998, en la ciudad de Lucena.
El atributo que porta es una columna salomónica, de metal plateado, que fue restaurada en el año 1.998 en Lucena y en su parte posterior sobresale una flor natural, que normalmente suele ser de alguna imagen que ya haya procesionado en Semana Santa, llevando en algún tiempo rosas de color rosa provenientes del paso de Nuestra Señora Reina de los Ángeles, llevando incluso en alguna ocasión flores del paso de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
La Fortaleza es la firmeza y la constancia en la búsqueda del bien, consiste en reafirmarnos en nuestra disposición de resistir las tentaciones y superar los obstáculos, hacer vencer el temor frente a las pruebas y persecuciones a las que estamos sometidos por el mal, nos hace capaces de la renuncia y del sacrificio de la propia vida por defender una causa justa.

Templanza

 
Como puede verse, la Templanza, viste túnica color azul y capa y fajin de color verde, cuya hechura data de 1.983, sustituyendo a otras de otro estilo de 1.959, tenemos que destacar el buen remate realizado en los bajos de la túnica, bocamangas y cuello, en encajes y fleco de oro, lleva en el pecho un escudo plateado con la inscripción “Templanza” realizada por el artista pontanés Jesús Mª. Cosano, en el año 2.000 y que sustituye a otra similar de fundición. La figura calza unas zapatillas de color verde (igual que la capa) bordadas en oro, del año 2.002, de la ciudad de Elche (Alicante), que sustituyen a otras lisas que se encontraban bastante deterioradas.
Si nos fijamos en la parte posterior, damos cuenta del Rostrillo, realizado en el año 2.000 por Jesús Gálvez Silva (Chifarri), ocupando el lugar dejado por otro del año 1.984, tambien resaltamos una espectacular peluca de pelo natural de grandes dimensiones, imitando a otra anterior, confeccionada en Madrid en el año 2.000, y como remate una artística corona muy bien trabajada, que fue plateada en el año 1.998, en la ciudad de Lucena.
El atributo que porta es una jarra, o bien de cristal con remates en metal dorado, considerada una verdadera reliquia por su antigüedad, o bien una hermosa jarra de plata, que fue restaurada en el año 1.998 en Lucena, siendo libertad del Hermano que la vista el elegir entre una y otra.
La Templanza modera la atracción por los placeres mundanos y procura el equilibrio en el uso de los bienes que nos rodean, es el dominio de la voluntad sobre los instintos. El moderado y templado no se deja arrastrar por sus pasiones y orienta hacia el bien sus apetencias

 

Una vez concluida la celebración de la tradicional Cuaresma pontana en la semana de Pasión la cual, casi sin dejar respiro alguno, enlaza con los albores de nuestra Semana Santa, la Corporación de las Virtudes Cardinales y Sibila de Cumas comienza su particular celebración de nuestra Semana Mayor con la undécima y última Asamblea General del Ejercicio llamada cariñosamente “la Junta de Ramos” por realizarse en el sábado del mismo nombre y en la cual se ultiman cobros, se organizan las últimas compras que abastecerán nuestras despensas para el prolongado ajetreo manantero que nos espera, se acicalan pelucas, túnicas, etc. y en general se ultiman los preparativos para que en el resto de los ocho días más ansiados del año todo salga a pedir de boca.
Será el Domingo de Ramos al día siguiente cuando Puente Genil entero como el resto de toda Andalucía se engalana para recibir de lleno e inaugurar oficialmente su Semana Santa (aunque cabe resaltar que en nuestro pueblo gocemos de desfiles procesionales desde ya el Viernes de Dolores). Nuestra Corporación celebra con orgullo desde hace unos años en este día el referido Almuerzo Homenaje a nuestras mujeres: En él guiados por el espíritu manantero que nos envuelve viendo venir lo que se nos avecina por un lado y la siempre acogedora compañía de nuestras mujeres por otro, hacen que se disparen los mas profundos sentimientos hacia ellas, nuestras eternas “sufridoras”, y se mezclen los típicos “¡Vivan las mujeres piadosas!” con alguna que otra coreada desgañitada de los Hermanos en su intento de igualarse al tono de las féminas o incluso alguna que otra saeta valiente proveniente de la garganta prodigiosa de alguna Hermanita emocionada. No faltan los elogios en público hacia sus “virtuosas” personas durante la celebración de este evento y es por ello que, desde nuestra Corporación, siempre se otorguen a nuestras mananteras Hermanitas unos bonitos obsequios en recuerdo de tan entrañable jornada al final de la misma.
Mas tarde, en el crepúsculo de este día que nos sabe a pregón, palmas, ramas de olivo y “borriquitas” en cuyos lomos se eleva el Divino y triunfal Maestro y casi sin dejar respiro, la gran mesa de la Corporación se engalana de nuevo para celebrar por última vez la séptima subida romanil al Calvario poniendo así fin a la tan deseada Cuaresma que nos ha venido preparando durante los cuarenta días previos y ahora nos guía, cual buen lazarillo, hasta el umbral de nuestra Semana Mayor. A su termino y tras una durísima jornada manantera siempre permanece un sabor agridulce en nuestros corazones que por un lado anhelan ansiosos el devenir que nos espera y por otro, añoran entrañables nuestra Cuaresma colmada de tantos y tantos momentos vividos que se nos van pero sabiendo que si el “Terrible” así lo quiere viviremos el próximo año para contarlo.
Tras el Domingo de Ramos e inmersos de lleno por tanto en nuestra Semana Mayor la actividad cuartelera disminuye oficialmente, que no desaparece, en los días siguientes durante el Lunes y Martes Santo debido a que como es tradición en Puente Genil la Semana Santa de antaño comenzaba con la llamada “Procesión de los cuellos sucios” el Miércoles Santo, así denominada por ser el día en que la gente del campo y todo el pueblo trabajaba acudiendo a la procesión de este día con la ropa del campo o de las fábricas manchadas por la labor de la faena diaria y por tanto e igualmente la actividad cuartelera comenzaba en este día.
Las “Virtudes Cardinales” celebra durante estos dos días, como ocurre en la mayoría de los Cuarteles en Puente Genil, comidas oficiosas o actos imprevistos de Hermandad con otras Corporaciones llenando el vacío de actos existentes durante estos dos días de inactividad manantera y es por tanto una tradición ya consolidada en nuestro caso acudir todos los Lunes Santo al Cuartel Hermano de “Las Virtudes Teologales” para celebrar un almuerzo de fraternidad en el cual se siguen estrechando lazos de amistad y unión entre ambas Corporaciones, acto que se ve respondido con la reciproca visita todos los Martes Santo a nuestra Casa-Cuartel por parte de una gran representación de nuestros referidos Hermanos. No cabría olvidar de ningún modo que durante estos dos días nuestra Casa-Cuartel se llena de orgullo con la participación siempre humilde y anónima de “virtuosos” Hermanitos de corazón convertidos ahora también en valientes costaleros que tendrán la gran suerte de ser los pies y los pasos de Nuestro Padre Jesús en su Sagrada Cena o del Santísimo Cristo del Calvario en el camino a su buen fin o ser, ¿por qué no?, el Divino Consuelo de María Santísima, Nuestra siempre Madre y Señora.
Con la llegada del Miércoles Santo Puente Genil se transforma y todos los Cuarteles abren sus puertas de par en par, la mananta del Cuartel y la Corporación por fin ha llegado. En los grandes ventanales de los Cuarteles se pueden ver magníficamente ordenadas y hieráticas la solemne exposición de las diferentes figuras bíblicas que serán vestidas por los Hermanos durantes estos días de celebración, todo está a punto. Nuestra Corporación comienza su particular vivencia con el almuerzo tradicional del Miércoles Santo acto indispensable en toda Corporación. Previamente todos los Hermanos de esta Corporación nos habremos infundado nuestras largas y típicas túnicas negras de “rebate” o” rebateo”, nos colgaremos nuestra artística chapa dorada en el pecho de la misma (distintivo de la Corporación en la calle) y nuestros cordones de color amarillo y picoruchos del mismo color y debidamente uniformados nos dispondremos a celebrar la tan ansiada llegada de este día en el gran mesa.
Una larga y fraternal jornada en la que no faltan los cánticos propios de siempre ni los elogios a nuestra Semana Mayor, a los ausentes, los presentes, las poesías, y el bronco tambor enlutado comenzará su particular ritmo acompasado que no cesará hasta prácticamente el Domingo de Resurrección con la entonación de las clásicas saetas cuarteleras entre los Hermanitos. Esta será la tónica que podremos vivir durante los próximos cinco días y que se verá repetida en todos y cada una de los diferentes almuerzos y cenas de nuestro Cuartel.
Posteriormente toda la comunidad cuartelera y público en general nos habremos trasladado para quedar enclavados en el particular “compás” del Convento de la Asunción o cariñosamente llamada “la Iglesia del Hospital” para ver las salidas de las Cofradías que en este día hacen su particular estación de penitencia: “el Lavatorio”, “el Huerto y la Victoria”, “el Humilde” y por último la Virgen de la Amargura, la cual se lleva en su corazón junto con el Señor de la Humildad y Paciencia los cánticos mas emotivos a la salida y encierro de los mismos en donde un gran fervor popular vitorean sus nombres a su paso, familias enteras que debido a la antigüedad de las imágenes en esta villa y a la belleza de las mismas le confiesan una profunda devoción al igual que varios de nuestros Hermanos de Corporación los cuales son bastoneros de la sagrada imagen de nuestra Sra.
Igualmente, este Miércoles Santo es el día de la “visita a los Cuarteles” y, tal y como indiqué anteriormente, las puertas están abiertas para todo aquel que quiera conocer lo que se siente y se vive dentro de estas cuatro grandes paredes que forman todas las Corporaciones, todo el mundo es bienvenido en los umbrales de las mismas no faltando un refrigerio para la sosegada marcha. Es por ello que nuestra Corporación realice y reciba numerosas visitas al cabo del día y la noche de varias Corporaciones amigas y Hermanas que son concelebradas por todo el mundo allí congregado con numerosas muestras de alegría, cánticos y abrazos fraternales.
Ya en la noche y previo a la cena tiene lugar otro de los momentos más esperados por la gran mayoría de Hermanos de la Corporación: el sorteo de los distintos turnos de Figuras que vestiremos en nuestro caso durante los desfiles del Viernes Santo, Sábado de Gloria y Domingo de Resurrección. Es el momento de hacer girar la suerte del bombo con el número de lista de cada Hermano por orden de antigüedad que asignaran las distintas “posturas” y de acordar a posteriori los cambios oportunos con algún que otro Hermano para lograr vestir finalmente la Figura más apreciada o con más cariño (que siempre la hay) en el turno preferido. Tras una reponedora cena colmada de emocionantes momentos dados los testimonios expresados por parte de algún Hermano que se sincera, es el momento de trasladarnos de nuevo al “compás” y ver el encierro de todo el desfile procesional de este día para finalizar cantando al unísono todos los allí convocados la tradicional letra con los sones de la emotiva marcha “Recuerdo” y despedir así a la Reina del Cielo en su Amargura.
Con Jueves Santo asistimos a un contrapunto mas solemne y riguroso. Los Cuarteles sacan sus mejores galas para el tradicional almuerzo de Hermandad en el, acertadamente llamado, día del “Amor Fraterno”. En él se tiene la costumbre, como en la mayoría de Corporaciones, de invitar a familiares forasteros o no que han venido a pasar las fiestas a su querido pueblo, simpatizantes y amigos en general a compartir este día con todos los Hermanos de la Corporación en un acto verdaderamente emotivo aquí en las Virtudes en donde además de las valientes saetas, bellísimas poesías y cánticos a nuestra Semana Mayor siempre hay un momento para el recuerdo de algún familiar querido, ausente o presente, los enfermos, los amigos que ya no están, los que dan las gracias por encontrarse una vez más afortunadamente compartiendo mesa con su querido padre o hermano o el testimonio asombrado del forastero que promete emocionado no faltar a la cita en todos los años que el Terrible les de fuerzas, todo tiene un momento en este prolongado almuerzo y que puede hacer aflorar a menudo e inevitablemente las lágrimas de cualquiera de los allí presentes.
Con suerte y al mismo tiempo en este Almuerzo de Hermandad se procederá en mitad del protocolo al bautizo y por lo tanto confirmación de los nuevos Hermanitos que durante más de un año han estado en condición de “entrante” mostrando sus verdaderas aptitudes para querer formar parte de este señera y respetada Corporación y por lo tanto pasando así a ser Hermanos de pleno derecho alargando así la lista de nuestra Corporación. El citado bautizo es todo un ritual: Los tres o cuatro Hermanos mas antiguos del Cuartel ejercerán de ministros del acto. Dos de ellos ejercerán de testigos del mismo con sendos cirios encendidos a ambos lados de un improvisado púlpito colocado en la presidencia de la mesa donde el restante, a modo de sacerdote con casulla incluida y portando en sus manos una escobilla de dudosa procedencia, derramará sobre el sufrido Hermanito sal gorda en su cabeza y será bendecido con la citada escobilla introducida en una jarra de vino “Faraón” que portaran dos monaguillos auxiliares. Posteriormente no acaba aquí la cosa, con la ayuda de un gran embudo industrial colocado en su manchada boca se procederá a verter, para que sea bebido por éste, el citado vino que resta en la jara y acompañado por no menos generosos puñados de sal que hacen del liquido una explosiva mezcla.
Tras el “riguroso” acto y con los correspondientes brindis, saludos, reparto de obsequios y abrazos efusivos de los nuevos Hermanitos la comida recupera su normalidad y será en su culminación antes de levantarnos de la misma cuando algún Hermano voluntario tomará la palabra y se dirigirá a los presentes para versar acerca del valor de este día que allí nos congrega: el Amor Fraterno. Posteriormente y deseándonos lo mejor en nuestra Mananta concluimos con un emotivo reparto de abrazos entre todos los asistentes como corresponde.
De nuevo el gentío se traslada hasta la castiza calle D. Gonzalo o popularmente conocida como la calle “La Plaza” donde impacientes todo el mundo espera la marcial salida de la Corporación del Imperio Romano con sus brillosos uniformes bordados en oro y plata desfilando al son del nuevo pasodoble que cada año se estrena para esta ocasión. Tras ello, es el momento de ver la salida los pasos de este día en la Ermita de la Vera Cruz: Ntro. Padre Jesús Preso, el Señor de la Columna y la Virgen de la Vera Cruz y por último, cual reina del Jueves Santo, Maria Santísima de la Esperanza que bajo su grandioso manto verde acoge las súplicas de los pontanos y entre cada uno de los diferentes pasos contemplar reunidos el desfile de figuras bíblicas del Antiguo y Nuevo Testamento que igualmente tiene lugar (nuestra Corporación no desfila en este día ya que pertenecemos a los llamados “Símbolos de la Religión”).
Tras deambular por las calles de nuestro querido pueblo y detenidos en algún lugar ya típico con el paso de los años en la labor de contemplar la bonita procesión de este día, la charla entre Hermanos de otras Corporaciones y los saludos de los amigos llega la hora de la cena del Jueves Santo. Nos espera una larga noche que apenas va a existir para la mayoría de los Hermanos por diversas circunstancias que ya veremos. Es el momento de apresurarse en ingerir, si la hubiese, la última carne que contenga alguno de los suculentos manjares que llenan nuestra mesa, ya que la vigila cristiana así lo manda después de las doce de la noche con la llegada del Viernes Santo.
Posterior a la citada cena y con las fuerzas repuestas de nuevo la Corporación se prepara rondando la una de la madrugada para otro de sus actos más entrañables, íntimos y cristianos: “la visita a los Monumentos” o lo que es lo mismo “recorrer las Estaciones”: Es uno de los actos mas típicos dentro de las Corporaciones en la Semana Santa de Puente Genil. Aunque no es un acto obligatorio es prácticamente ineludible en las actividades del Cuartel durante la noche del Jueves Santo: Ataviados todos los Hermanos componentes tal y como he explicado anteriormente y no dejando tal atuendo en los siguientes días, nuestra Corporación se dispone a visitar los siete templos o monumentos (aunque en nuestro caso cabe destacar que la primera y la última estación, es decir, la séptima, la realizamos en nuestro salón frente al cuadro de nuestro querido Padre Jesús Nazareno). En fila individual abrirá el cortejo el Hermano aquél que tenga el honor de vestir la figura de la Sibila de Cumas durante el Viernes Santo por la mañana (primer turno de nuestras figuras en la calle) seguido por todos los Hermanos y cerrando la misma el Sr. Presidente, que velará en todo momento por el silencio y la compostura del resto de los Hermanos ya que está totalmente prohibido hablar durante los diferentes traslados a las iglesias así como romper la fila, saludar, etc. , porque, como cite anteriormente, es un acto de total recogimiento, simbolismo y recato para Corporación.
Casi mas de una hora y media de visita a los monumentos con sus respectivas lecturas bíblicas, oraciones y alguna saeta en honor a alguna de las imágenes que se atesoran en su interior, es el momento de relajarse en la Casa Cuartel después de la larga caminata e irnos de nuevo con el tiempo ajustado a ver el encierro de los pasos de este día, el Jueves Santo ha “concluido”.
La noche continua para la mayoría de los Hermanos entre suculentas torrijas, sopaipas y chocolate que algunos de los Hermanos allí presentes generosamente se prestan a hacer así como alguna que otra cabezadita inevitable en el vano intento de dormitar un poco ya que es preferible no visitar nuestros respectivos lechos para un merecido descanso en ningún momento al estar cerca la salida del Patrón a las 6.30 de la mañana.
A su termino un merecido aplauso rompe el silencio contenido, otro año más todo se ha cumplido y el Imperio Romano tras entonar posteriormente los clásicos “Miserere” y “Stabat Mater” al resto de las imágenes inicia su particular retirada hasta su próxima intervención en la calle Santa Catalina. La procesión empieza a caminar. Es el momento, ahora sí, de retirarse a descansar aquellos Hermanos de las Virtudes que no tengan la suerte de vestir el primer turno de figuras y acompañantes que comprenderá las tradicionales “reverencias” ante “Jesús” de todas las figuras en la citada calle a eso de las diez de la mañana y el posterior desfile por la calle de “La Plaza” dos horas mas tarde.
El tradicional almuerzo de vigilia de este día con la ausencia de cualquier tipo de carne en nuestros platos es, obviamente, menos sosegado que en los días anteriores: El cansancio de los Hermanos tras más de una semana entera de ajetreo empieza a hacerse notar aunque siempre hay tiempo para alguna intervención. Los Hermanitos rezagados empiezan a incorporarse a nuestra mesa con las caras hinchadas por el prolongado sueño y las voces tomadas por el esfuerzo de las gargantas.
Antes del inicio del segundo turno de Figuras ya en la tarde que nos llevará calle Aguilar arriba hasta la Ermita de Jesús para de nuevo realizar la reverencia ante la bendita imagen del Terrible en el Pórtico de la misma previo a su encierro, se procede a realizar por los Hermanos “eruditos en la materia” la clásicas “sangrías” o “cas” del Viernes Santo consistentes en una mezcla fría de licores con azúcar, canela en rama (y a veces otros aditivos inesperados) junto con la adición de fruta troceada que hacen durante toda la tarde un tentempié exquisito el cual es vertido en una gran garrafa y llevado en unos “carritos” especiales confeccionados para tal fin que serán portados por los alpatanas de las Corporaciones y repartido en la parada previa y posterior al desfile de las Figuras donde los Hermanos de las distintas Corporaciones se congregan.
A la vuelta y con el animo entristecido ya que pronto se acabarán los entrañables festejos al contemplar sobre todo el cambio de los plumeros blancos por negros en los cascos del Imperio Romano en señal del Duelo Universal y la emotiva despedida del Terrible otro año más, nos dirigimos hasta la Corporación donde más tarde y tras un adecuado descanso tendrá lugar el tercer turno de figuras que acompañarán en la noche del Viernes Santo la procesión que en el barrio bajo del pueblo tiene lugar cada año: El Cristo de la Buena Muerte, la Virgen de las Angustias, San Juan Evangelista y la Reina y Madre del Barrio de la Isla, Mª Santísima de la Soledad con sus tres correspondientes Corporaciones filiales.
Por tanto, una vez de enclavados los Hermanos de las “Virtudes” en el Compás de “Los Frailes” (Convento de la Victoria) se procederá a la incorporación de nuestras Figuras en su solemne recorrido por toda la Calle de la Plaza, donde igualmente desfilará de nuevo triunfante el Imperio Romano al son de las notas del alegre pasodoble “Gloría al Muerto”. A su termino, y tal y como se hizo al mediodía con el primer turno, se le dará un merecido respiro a nuestras sufridas Figuras junto a las suave brisa del Genil en el Paseo del Puente.
Es hora de marcharnos de nuevo al Cuartel. Tras desvestir a nuestras Figuras concluyendo así las actividades de la Corporación en este triste día, aun restan las fuerzas para más ajetreo manantero por parte de algunos Hermanitos valientes que irán en busca de la Madre de la Isla para contemplar su emotivo encierro en la Ermita del Dulce Nombre colmado de devotos saeteros pontanos que lazan su oración en forma de canto para consolar así a la Madre del Cielo en su triste Soledad.
Al día siguiente con el almuerzo del Sábado Santo o de Gloría y recuperados un poco del trajín de estos santos días llega el momento de cumplir nuestro compromiso cofrade y filial con nuestros amantísimos Titulares: El Santo Sepulcro y Ntra. Sra. De las Lágrimas, del cual nos honra desde hace unos años ser el Segundo Grupo de la Virgen. Así pues, al término del mismo y enfundados en nuestras negras túnicas, cinturones de esparto, capiruchos negros correspondientes, cirios y demás elementos distintivos de la Corporación, nos dirigimos cual comitiva y bajo el mandato del Hermano Fiscal (normalmente el de mayor antigüedad en la Corporación que no el Sr. Presidente) hasta el Paseo del Romeral donde quedamos enclavados todos los grupos filiales junto con las Corporaciones que hacen hoy también su desfile, que no son todas.
Igualmente nuestra Corporación en este día hace su aparición por doble motivo: alumbrar orgullosamente a nuestros Santos Titulares y el desfile de nuestras Figuras en la citada estación de penitencia. Sólo cabría destacar que en este día y sufriendo un pequeño cambio son: La Sibila de Cumas, La Virtud Justicia (portando sólo su espada) y la, ocasionalmente para hoy, Virtud Misericordia que porta en sus manos una artística palma de Elche creando ambas una preciosa estampa al ir paralelamente y formando con sus martirios un bonito arco.
Tras la marcha previamente organizada de todos los picoruchos y las figuras al son del citado “Gloria al Muerto” “Matallana” adelante, llegamos hasta la céntrica Iglesia de San José donde nos aguardan los dos pasos de la Cofradía que puntualmente a las ocho de la tarde abren sus puertas: La Estación de Penitencia ha comenzado. Todo es luto, silencio y rigor en el Santo Entierro de Cristo. Las campanas tocan a duelo y la banda de música entona el tradicional “In Exitu” al Divino Redentor yaciente y tras Él la Madre, Maria Santísima de las Lágrimas con su dolor al pie de la cruz vacía. El cortejo avanza por la gran avenida Manuel Reina y Susana Benítez, bajando por la calle Aguilar, Cuesta Baena y Plaza Nacional para acabar en el barrio bajo, y continuar por la Calle D. Gonzalo y previa reverencia ante la Parroquia de la Purificación, donde se encuentra la sede canónica de la Cofradía y el lugar de exposición al culto de las sagradas imágenes durante el resto del año, continua por calle Ancha, San Sebastián, Cruz de San Juan y Jesús concluyendo su correspondiente Estación de Penitencia en la ya mencionada Ermita del Dulce Nombre, donde, a su encierro, todos los grupos filiales le dedicamos excelsos cánticos a nuestros Santos Titulares, llevándose María Santísima clavadas en su corazón las últimas saetas de la Semana Santa Pontana.
Posteriormente ya en nuestro Cuartel repondremos fuerzas con un variado tapeo después de la sabatina caminata pero contentos de haber cumplido otro año más con nuestro objetivo.
El Domingo de Resurrección todo es alegría, blancura y júbilo Es el broche de oro a toda nuestra Fiesta Mayor y Puente Genil entero, al igual que se engalanó para darle la bienvenida el pasado Domingo de Ramos, se engalana para despedirla y celebrar así gozosos la Pascua de la Resurrección de Ntro. Señor.
En los Cuarteles tan sólo aquellos Hermanos que han preferido vestirse de Figura en este día para desfilar junto al resto de todas las Corporaciones que así lo harán delante de la Imagen de Ntro. Padre Jesús Resucitado, quedarán posteriormente emplazados en la Ermita de la Vera Cruz durante la mañana de este día. Desde aquí, un desfile ininterrumpido y organizado de todas las Figuras Bíblicas: Antiguo, Nuevo Testamento y Símbolos de la Religión (más de trescientas) y la seguida venida del paso de Cristo Resucitado por las dos avenidas del centro de Puente Genil ponen el punto final a esta particular Mananta Pontana hasta el año siguiente, pero no el de nuestra Corporación de las “Virtudes Cardinales y Sibila de Cumas” que posteriormente habremos quedado citados en casa de algún Hermano cercano al evento de este día y tomarnos unas tapas y copitas para el refrigerio de las siempre acaloradas Figuras.
Cuando el Sr. Presidente así lo estima, nos trasladaremos al Cuartel todos los allí presentes: Figuras, acompañantes, Hermanos y cualquier otro invitado que quiera acompañarnos en este ultimo día de nuestra Semana Mayor.
Durante este último almuerzo con sabor agridulce es un día para el recuerdo de lo vivido durante nuestra particular celebración de la Semana Santa: simpáticas anécdotas, valoraciones, vivencias, emotivos recuerdos y también futuros proyectos, es hora de echar la imaginación a pensar y poner la mente en la siguiente legislatura, para ello, se procede también en este día y desde muy antiguo a las elecciones del Presidente que dirigirá los destinos de nuestra Corporación durante el próximo ejercicio y que tomará posesión de su cargo junto con su Junta Directiva en la primera Asamblea del nuevo Ejercicio llamada del “Día de la Cruz” a celebrar unos días después en Mayo.
Con el brindis por el nuevo Presidente electo y el deseo mutuo de encontrarnos de nuevo todos los presentes el año que viene si el “Terrible” así lo quiere, concluimos este último almuerzo de Hermandad en nuestra Corporación que nos pondrá de nuevo los sentimientos a flor de piel tras despedirnos con un fuerte abrazo del Hermano Forastero que vuelve a su hogar o tras colgarnos al hombro la túnica manchada de cera o el cirio olvidado de algún Hermano o apagar las luces del gran salón por ultima vez o por ultimo tirar conjuntamente de la puerta de la Casa-Cuartel echando la llave en la tarde-noche del Domingo a tantos momentos emotivos para andar después cabizbajos y añorantes de camino a casa con la mente llena de los buenos recuerdos vividos y contando ya los días que faltan para la siguiente Cuaresma.
Mientras tanto, querido visitante, alimentaremos nuestros espíritus mananteros con lo vivido en la Mananta anterior pero, aun así y con todo, siempre habrá buenos momentos durante el resto del año con mis HERMANOS de las Virtudes Cardinales en donde el sentimiento nos invada de nuevo, cual Jueves Santo, y nos haga gritar orgullosos:
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